El pasado viernes 28 de mayo se celebró el Día Mundial de la Nutrición, que es una iniciativa de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD). Tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de llevar una alimentación saludable.

Cada año, la FESNAD realiza un evento en el que se trata un tema en concreto. Este año, debido a la situación mundial en la que nos encontramos, han celebrado un webinar dedicándolo a la “Dieta Mediterránea en tiempos de pandemia, ahora más que nunca”.

En Pressumia siempre hemos promovido la alimentación saludable y, de hecho, la alimentación en tiempos de pandemia ya la tratamos en nuestro post Alimentación en cuarentena. Nuestros 5 consejos. En esta ocasión, y alineados con los objetivos de la FESNAD, os queremos hablar de la dieta Mediterránea.

La dieta Mediterránea. Un estilo de vida.

Es un concepto y realidad cultural, social, territorial y ambiental que se ha transmitido de generación en generación, sin ser nosotros conscientes de ello. No es solo una dieta, sino también una forma de vida. La dieta mediterránea va más allá de la propia nutrición y significa compartir y disfrutar de la comida.

Durante muchos años, nutricionistas de todo el mundo lo han considerado uno de los patrones de dieta más saludables del mundo. ¡Mira qué suerte que tenemos!

Estas son los principales componentes de la dieta mediterránea:

  1. 1. Abundancia de alimentos de origen vegetal

Las verduras y frutas son las principales fuentes de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta, además de que nos aportan mucha agua.

  1. 2. El pan y alimentos procedentes de cereales

En la cultura de la dieta mediterránea no puede faltar el pan para acompañar las comidas, y se le da mucha importancia a la calidad de éste. El consumo frecuente de pasta, arroz y cereales es fundamental porque sus ingredientes son ricos en hidratos de carbono. Nos aportan una parte importante de la energía necesaria para las actividades diarias. Y sobre todo si somos aficionados al ejercicio y a practicar deporte.

  1. 3. Alimentos poco procesados, frescos y de temporada

Es muy importante aprovechar al máximo los productos de temporada, sobre todo en el caso de las frutas y verduras. Nos permite consumirlas en las mejores condiciones, ya sea en cuanto al aporte de nutrientes e ingredientes bioactivos, como en cuanto a su aroma y sabor.

  1. 4. Consumo diario de productos lácteos

Siempre nos lo han dicho de pequeños, y es totalmente cierto. Nutricionalmente, los productos lácteos (yogur, quesos y leche) son fundamentales para una buena salud ósea. Y por ello más que nada, en las edades extremas: infancia y madurez.

  1. 5. Consumo regular de huevos, pescados y mariscos

El pescado es una muy buena fuente de proteínas, vitamina D y yodo. Los huevos contienen muchas vitaminas, proteínas y grasas saludables.

  1. 6. La fruta fresca como postre habitual

De las frutas, además de ser alimentos muy nutritivos, su principal ventaja es que suelen ser muy bajas en calorías. Aquí os dejamos el link al post en el que habíamos tratado los beneficios del consumo diario y abundante de frutas y verduras.

  1. 7. El agua como bebida por excelencia

Debe ser nuestra predilección a la hora de acompañar comidas, porque, además de hidratarnos, ayuda a la correcta digestión de los alimentos. La otra opción más común es el consumo de vino, el cual tiene muchos beneficios, siempre que el consumo sea moderado.

  1. 8. Un estilo de vida activo y ejercicio físico diario

Por último, de nada sirve tener una correcta alimentación si no se realiza ejercicio físico diario, porque no hay remedios mágicos. Y esto es aplicable a todas las edades.

Si lo que te hemos recomendado te convence, ¡ponte manos a la obra! Y si decides incorporar nuestros zumos a tu dieta, además de no extrañarnos, estaremos encantados de que formen parte de ella.

¡Saludos y vitaminas!

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